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Historia

La libertad de los frailes lóios

Los azulejos pintados por Gabriel del Barco para el Convento de Arraiolos son una afirmación de la identidad de la Congregación de San Juan Evangelista, más conocidos en Portugal como los frailes “lóios”.

Los azulejos pintados por Gabriel del Barco para el Convento de Nuestra Señora de la Asunción de Arraiolos son una de las obras más sorprendentes del pintor español, pionero de los azulejos figurativos azules y blancos en Portugal. Siempre reconocida como una de las principales obras del pintor, el encargo del conjunto se benefició de la atmósfera de revitalización de la Congregación de San Juan Evangelista, después de la canonización de Lorenzo Giustiniani (1381-1456), el primer patriarca de Venecia, en 1690.

Con efecto, el conjunto colosal de paneles encargados por el Rector Bernardo de San Jerónimo, para la decoración de la nave de la iglesia entre los años de 1699 y 1700, debe ser interpretado como una historia laudatoria de la Congregación. Probablemente, cuando el pintor eligió las imágenes para los azulejos de los paneles, se le requirió seguir la estructura de la crónica de los Lóios, publicada por fray Francisco de Santa María, pocos años antes, en 1697.

Francisco de Santa Maria, Ceo Aberto na Terra, 1697. Biblioteca Pública de Évora.
Francisco de Santa Maria, Ceo Aberto na Terra, 1697. © Biblioteca Pública de Évora.

La explicación del título del libro es clave para entender la idea principal que guio la narrativa para todo el conjunto de azulejos:

Nombré a esta obra Ceo Aberto na Terra [Cielo abierto en la Tierra], y con cierta orden y energía porque, sin controversia, mi Congregación es un Cielo abierto. Cielo por el color del hábito, abierto por la libertad, que solo sus hijos pueden lograr. Mi santo evangelista vio el Cielo con una puerta abierta: Ecce ostium apertum in Caelo, como un retrato suyo y de nuestra Congregación, que siempre ha tenido la puerta abierta, y en ella [como en el Cielo], nadie vive en contra de su voluntad.

Para lograr este objetivo, en la parte superior de cada lado de la iglesia, hay una galería de retratos de los hombres virtuosos de la Congregación veneciana de San Jorge acompañados, al otro lado, por los retratos de los frailes portugueses de la Congregación de San Juan Evangelista.

Abajo, en el nivel medio, los paneles de azulejos representan una extensa hagiografía de San Lorenzo Justiniano, no en su papel como el primer Patriarca de Venecia, sino como el verdadero ejemplo de las cualidades religiosas de los frailes portugueses.

Azulejos de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Arraiolos, Gabriel del Barco, 1699-1700 ©CM
Azulejos de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Arraiolos, Gabriel del Barco, 1699-1700. © CM.

Entre estos, el tema identitario de la libre profesión sin votos perpetuos, que define a la Congregación como un tipo de organización religiosa, fue representado por el milagro del laurel revivido.

La leyenda dice que uno de los compañeros de San Lorenzo, probablemente su amigo Maffeo Contarini, turbado por la duda, le pidió al hermano que le ayudara a persistir en la vida religiosa. El santo le entregó una rama de laurel cocido y le mandó enterrarla. Para hacer frente a esa compleja narrativa, Gabriel del Barco divide el panel en dos escenas. En primer plano, el pintor representa la entrega de la rama de laurel cocida y, al fondo, el laurel verde plantado en el jardín, con la victoria del compromiso de fe.

En los paneles del nivel inferior, para enfatizar este mensaje, se representan el martirio de San Policarpo, obispo de Esmirna, el martirio de San Ignacio de Antioquía y, significativamente, el martirio del general romano Placidus (San Eustaquio), condenado a ser asado vivo. Todos eses martirios testifican una profunda fe y devoción en Cristo, pero, arrestados y sitiados por verdugos, hacen un poderoso contraste con la devoción libre de los frailes lóios.

Tal forma narrativa de imágenes, con una comparación negativa, pone de relieve la complexa estructura de los programas elegidos para la decoración de las iglesias. Pone de relieve también la importancia de la relación entre el rector de Arraiolos y el pintor Gabriel del Barco, que probablemente fue el responsable por la organización general de los paneles en las paredes de la iglesia.

BIBLIOGRAFÍA PRINCIPAL

SILVA, Libório Manuel & CARVALHO, Rosário Salema. Azulejos, Maravilhas de Portugal. Vila Nova de Famalicão: Centro Atlântico, 2017. ISBN: 978-989-615213-0.

Arraiolos, Convento de Nossa Senhora da Assunção

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